miércoles, 19 de julio de 2017

Vivimos en una sociedad hipócrita

Un hombre irresponsable que se había portado muy mal con su familia, muere al fin. En el acto del entierro, un pariente lejano pronuncia la oración fúnebre:
-Fue un esposo modelo y un padre ejemplar.
Al oír eso la viuda toma de la mano al niño que está a su lado y le dice:
-Vamos hijo, nos equivocamos de entierro.
En muchas ocasiones evitamos enfrentarnos a la realidad, y pasamos la vida fingiendo que somos buenas personas, que somos amables, cariñosos, generosos, felices, que somos personas de éxito...así, una infinidad de personalidades que algunos incluso se creen que el mundo gira a su alrededor, que incluso se creen dioses. Vivimos en una sociedad hipócrita por el echo de vivir en un sistema consumista, en donde ya no sabemos diferenciar entre las necesidades básicas y las necesidades banales, vivimos en un mundo competitivo y no competente; la gente pasa más ocupada pensando en las apariencias, que buscando soluciones a sus problemas reales, es como gran parte de las parejas, que cuando salen de su casa, aparentan quererse mucho, se cogen de la mano, se dan  besos, no discuten en la calle, y como el resto de la sociedad que los miran, comentan, "que buena pareja que hacen, deben quererse mucho", tienen que mantener esa apariencia; pero la realidad es distinta cuando están dentro de casa, son personas soeces, que no se aguantan ni un minuto.
Este sistema hipócrita de convivencia dentro de la sociedad, está creando enfermedades psicopáticas, se crean conflictos mentales que la gente está desquiciada.
El verdadero problema es que no se puede mantener una mentira durante mucho tiempo, tarde o temprano, la verdad siempre saldrá a la luz; entre está dualidad mental condicionada, la verdad y la mentira, el único triunfador es el ego. Las personas pueden sentirse bien, mientras puedan seguir fingiendo ser lo que no son, pero es muy difícil mantener una posición así; una persona que aparenta ser lo que no es, cuando es descubierta, sale huyendo, o defiende su autoengaño a capa y espada.
Para evitar conflictos internos mentales y quieres tener una vida tranquila sin preocupaciones, lo único que hay que ser es una persona humilde, transparente, decir lo que eres y no aparentar lo que no eres, no hace falta contar al mundo lo que eres, simplemente acepta que vives tal como eres y acepta a los demás como quieran vivir ellos, eso no es de tu incumbencia, no hace falta engañar a los demás, porque el engaño se revierte en ti mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario