¿Por qué el aborto afecta tanto psicológicamente?

El aborto quiere decir, interrupción voluntaria o involuntaria del embarazo, antes de que el proceso se finalice o se complete. Esta definición debería vivirse sin más, como cualquier definición de otros términos.
Pero, ¿Por qué se considera un delito o una situación anti-natural y porqué afecta psicológicamente a los padres?
Hay agrupaciones anti-aborto, religiones, gobiernos, que no están de acuerdo con el aborto por considerar que es anti-natural, incluso lo consideran como un crimen o como un pecado mortal, lo cierto es que sus teorías para defender sus posiciones frente al aborto, no tienen ningún fundamento natural, simplemente son ideologías creadas por la religión confabuladas con los gobiernos, porque cada uno de estos poderes dominantes necesitan que su rebaño crezca, caso contrario, ¿A quién podrían dominar?, no podrían tener el poder, ellos tendrían que trabajar para poder vivir, para poder comer y no tendrían súbditos a quién dominar; por eso crearon el miedo, dicen que es pecado, se crean leyes antiabortistas, incluso el sexo lo prohíben si no es para concebir hijos, en algunos países se cometen violaciones para que tuvieran hijos y sean quienes sirvan de soldados o seguidores religiosos. Las mujeres están siendo acosadas por tomar sus propias decisiones, la sociedad es muy injusta con estas personas que deciden por su cuenta, son juzgadas porque tienen hijos y lo llaman mala madre, y si no tiene lo dicen que ya debería tener. Vivimos en una sociedad psicótica en donde es más fácil criticar a los demás y no mirar si tú en realidad eres el enfermo mental.
Estas pautas y patrones fomentadas en el miedo y que son corroboradas con las leyes dictatoriales de quienes creen tener el poder de decidir de cada ser humano, es el motivo por el que afecta psicológicamente a las personas que han decidido abortar voluntaria o involuntariamente, aunque los dos casos son diferentes, las pautas o patrones del miedo o la culpabilidad son los mismos.
Una mujer puede tener muchas razones para no traer un hijo a este mundo, si ha decidido no tener simplemente porque no quiere, ya es suficiente razón para abortar y nadie tiene derecho a juzgarle, ni hacerle sentir culpable y mucho menos acusarle de un crimen.
Ninguna mujer tiene derecho ni obligación de traer a un espíritu a este mundo cuando considera que no está preparada. Muchos embarazos no han sido planificados ni deseados, simplemente se han dado, pero si no están preparados los padres, para que traer una persona no deseada, serían los causantes del nacimiento de un ser que vendría a sufrir, no sería una persona saludable, sufriría igual que los padres porque no estaban preparados para recibirlo y el hijo no estaba preparado para venir.
Muchas mujeres han tenido que abandonar a sus hijos justo después de nacer porque no pueden hacerse cargo, porque no están preparados o porque no tienen suficientes recursos para cuidarlo. Esto sí que es un crimen y no el aborto, pero mucha gente no lo cree así.
Una mujer puede ser madre cuando esté preparada, porque el tener un hijo es un arte, pero la madre primero tiene que tener esa cualidad de artista, tiene que ser consciente, ser creativa, ser alegre, llena de celebración y podrá invitar al niño para que pueda darle amor, alegría, y puedan bailar la danza juntos y no crear un ser patológico más en esta tierra.
La naturaleza es muy sabia, si un niño no tenía que llegar en ese momento, no llega, y no pasa nada, ese ser no ha muerto porque aún no ha nacido, y aunque el resto de la sociedad diga todo lo contrario, la mujer no es culpable de nada, ni tiene porque sentirse culpable de nada.
Todo llega en su debido momento, ni antes ni después, no hay que lamentarse ni sufrir por una situación que no pudo ser, simplemente hay que aceptar que no pudo ser, sin más, porque el sufrimiento, el dolor que sientas no te dejara crecer, no podrás prepárate para ser una buena madre, no dejes que la mente te domine creándote paranoias innecesarias, acepta el pasado pero no te quedes con eso, tu vida continua y vive intensamente el presente.